El estrés es un factor omnipresente en la vida moderna que puede afectar profundamente nuestra salud y bienestar. Pero, ¿sabías que el estrés también puede manifestarse en nuestro rostro de maneras sorprendentes? El cortisol facial es una de esas manifestaciones que puede transformar nuestro aspecto de maneras que quizás no habíamos considerado.
Debido a que muchas personas atribuyen la hinchazón y la inflamación facial al aumento de la hormona del estrés, el término «cara de cortisol» es actualmente un tema de tendencia en las redes sociales.
El cortisol es conocido como la hormona del estrés, y cuando nuestros niveles de estrés aumentan, también lo hace la producción de cortisol. Esta hormona puede tener efectos sorprendentes en nuestra apariencia, y el rostro es especialmente susceptible a sus efectos.
- Inflamación: El cortisol puede causar inflamación en la piel, lo que puede resultar en enrojecimiento, acné y otros problemas cutáneos.
- Pérdida de colágeno: El estrés crónico puede hacer que el cuerpo produzca menos colágeno, lo que puede provocar arrugas y flacidez en la piel.
- Alteraciones en la pigmentación: El cortisol puede interferir en la producción de melanina, lo que puede resultar en manchas oscuras en la piel.
- Apariencia cansada: El estrés prolongado puede hacer que parezcas más cansado y envejecido, incluso si estás descansando lo suficiente.
- Ojeras: El cortisol puede causar que los vasos sanguíneos bajo los ojos se dilaten, lo que puede resultar en ojeras más prominentes.
- Cambios en la textura de la piel: El estrés puede hacer que la piel se vuelva más seca, áspera o sensible.
- Caída del cabello: El cortisol puede afectar la salud del cuero cabelludo y provocar la caída del cabello.
- Apariencia apagada: El estrés puede hacer que la piel pierda su brillo natural y luzca opaca.
- Problemas de cicatrización: El cortisol puede ralentizar el proceso de cicatrización de la piel, lo que puede resultar en cicatrices más prominentes.
- Acumulación de toxinas: El estrés puede hacer que el cuerpo retenga toxinas, lo que puede manifestarse en la piel a través de brotes y erupciones.
Los niveles de cortisol varían naturalmente durante el día y pueden aumentar como resultado del estrés u otras causas. La salud puede verse afectada tanto por niveles de cortisol más altos de lo normal como por niveles más bajos de lo normal.
Los síntomas incluyen presión arterial alta, niveles altos de azúcar en la sangre, estrías anchas y moradas en el abdomen, debilidad muscular en los brazos y los muslos, aumento de peso, especialmente en la cara y el abdomen, y depósitos de grasa entre los omóplatos.
La Dra. Rajita Sinha, psicóloga clínica licenciada y directora del Centro Interdisciplinario de Estrés de Yale, dijo a The New York Times: “Para que tuviera un efecto más visible y no transitorio, tendrían que ser niveles muy, muy altos de estrés”.
La Dra. Cristina Psomadakis, dermatóloga de Londres, afirmó al medio que la tendencia de la «cara de cortisol» busca medicalizar un problema estético percibido, como la cara redonda, con el fin de controlarlo y solucionarlo.
Para determinar si hay algún problema de salud subyacente, aquellos que estén preocupados por sus niveles de cortisol pueden consultar con su médico. Para calcular los niveles de cortisol, los profesionales de la salud pueden realizar análisis de sangre, orina o saliva.
Para determinar si hay algún problema de salud subyacente, aquellos que estén preocupados por sus niveles de cortisol pueden consultar con su médico. Para calcular los niveles de cortisol, los profesionales de la salud pueden realizar análisis de sangre, orina o saliva.